Fuego

Dicen que el que nada tiene a nada le teme
Quizás es por eso que llevaba tiritando más tiempo del que 
Ahora me siento un climbing boy del siglo XIX
Mira que impoluta he dejado ésta chimenea de aquí,
Con sus venas y arterias cubiertas de hollín detrás de estos ladrillos
Así que manos y pies salvajes y cara tizón, señal del trabajo bien hecho
Viviendo al día, comiendo polvo
Y llego a casa y claro se queda todo hecho una porquería porque no tengo fuerzas pa barrer pa fuera
Pero bueno, soy libre, ¿no?
¿Y qué es la libertad? ¿Y dónde está? ¡Por supuesto que ya no existe! 
Y nosotros vivimos atados a nuestros impulsos y nuestras taras
Creadas por el sistema que deshumaniza, nos bombardea
Y nosotros pobres ilusos las acogemos como propias y las confundimos con intuición
¡Qué complicado no fiarte de tus sentidos, que complicado es no creer en estímulos
que engañan más que cien trileros! 
Pero no os preocupéis, hasta los girasoles un día maduran y dejan de vivir pendientes
¿Y qué es el amor? Dios mío, ¿qué es el amor? Olvidaos ya de él
Si ahora lo que importa es la guerra
Vamos a pensar en nuestro ego y en que tenemos la razón
Vamos a entrar en su juego del interés, a veces directo, fácil de identificar
A veces tan enrevesado que no sabes dónde va a acabar o si va a acabar o si la puñalada está por venir o la has recibido ya
Que nos exijan que no nos verán hincar rodilla ni agachar la cabeza ni medio centímetro
Vamos a poner una bomba en cada una de sus chimeneas y destruirles la casa hasta los cimientos
No tenemos nada que perder y queremos una guerra
Y luego otra y otra, porque hará falta más de una
hasta poder llegar, eventualmente, a la guerra definitiva
la guerra definitiva
que nos devuelva
de una vez por todas
la libertad
y el amor.

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